Algunos principios inamovibles del Control son inherentes en la realización de las funciones del control, los siguientes principios básicos son:
Principio de equilibrio: A cada grupo de delegación conferido debe proporcionarse el grado de control correspondiente. De la misma manera, la autoridad se delega y la responsabilidad se comparte; al delegar autoridad es necesario establecer los mecanismos suficientes para verificar que se esta cumpliendo con la responsabilidad conferidad, y que la autoridad delegada esta siendo debidamente ejercida.
Principio de los objetivos: Ningún control sera valido si no se fundamenta en los objetivos y, si a través de el no se evalúa el logro de los mismos; por lo tanto, es imprescindible establecer medidas especificas o estándares que sirvan de patrón para la evaluación de lo establecido.
Principio de la oportunidad: El control, para que sea eficaz, debe ser oportuno, es decir, debe aplicarse antes de que se produzca el error; de tal manera que sea posible tomar medidas correctivas con anticipación.
Principios de las desviaciones: Todas las variaciones o desviaciones que se presenten en relación con los planes deben ser analizadas cuidadosamente, de tal manera que sea posible conocer las causas que las originaron a fin de tomar las medidas necesarias para evitarlas en el futuro.
Principio de excepción: A din de reducir costos y tiempo, el control debe aplicarse de preferencia a las actividades excepcionales o representativas, delimitando de manera adecuada cuales funciones estratégicas requieren control.
Principio de la función controlada: La persona o función que realiza el control no debe estar involucrada con la actividad a controlar.
(Juan, S. (2015). Sistemas de control interno. Obtenido de: ISBN Ebook: 9786073231220).
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